HISTORIA
DE LA DIABLADA PILLAREÑA
En muchas sociedades hay fiestas que se celebran en
determinadas fechas del año para conmemorar sucesos que ocurrieron en el pasado
y que para muchos pueblos se consideran importantes, por lo que recurren a
celebraciones para mantenerlas vivas ya sea a través del recuerdo.
En el sector rural siempre hay el predominio de lo
religioso sobre lo cívico, especialmente en el pasado, la mayoría de fiestas
estaban señaladas por el calendario litúrgico, en donde se planificaban los
acontecimientos, las fiestas o conmemoraciones.
Píllaro ciudad caracterizada por grandes
levantamientos indígenas, ha ocasionado que toda su información histórica haya
desaparecido. En el levantamiento efectuado en 1898, donde los indígenas se
lanzaron sobre la ciudad, atracando las tiendas que vendían comestibles y ropa.
Saquearon también el Municipio y en la
Plaza San Juan iniciaron una hoguera y en ella arrojaron todos los documentos
antiguos y de esa época que poseía el Cabildo, la Jefatura Política, las
Comisarias, Juzgados, etc. Valiosos documentos fueron reducidos a cenizas,
perdiéndose así la historia de Píllaro.
Esta es la razón, por lo que no tenemos un
documento que dé fe desde cuando inició la fiesta de los diablos.
Varios investigadores, han tratado de encontrar el verdadero origen de la
fiesta, en la que dan muchas interpretaciones dependiendo de las personas y del
sitio en que se haya realizado dicha investigación.
Una de ellas se refiere, “a la
pelea entre dos caseríos, los de Marcos Espinel acudían a cortejar a las
mujeres de Tunguipamba, los padres y hermanos de estas mujeres al enterarse de
tal afrenta querían dar un escarmiento a los enamoradizos; no encontraron mejor
manera y aprovechando la oscuridad se disfrazaron con máscaras, semejando a un
diablo”.
Otra indica que, “a finales de la
década de los cuarenta, antes del terremoto del 5 de agosto de 1949, en fiesta
de inocentes salía la LEGIÓN, que se encontraba representaba por lo más
ingenioso que la mente humana podía desarrollar. Teníamos al
Cíclope, al Duende, la Muerte, el Alma, la Caja Ronca, el Dos Caras, la Loca
Viuda, el Uñaguille y el Diablo. Muchos afirman que éste último personaje fue
tomado para dar origen a los Diablos de Píllaro”.
“Al inicio del nuevo año, que
coincide con la fiesta de los inocentes, la gente de Píllaro creen que el cielo
se abre y realizan un rito donde llegan al límite de su comprensión, de su poder de
resistencia y mentalidad. Piensan que ésta práctica les da fuerza y poderes
sobrenaturales; se disfrazan y llevan una máscara semejando al ser que más
temen, danzan para mofarse, pensando con esto tener el control sobre el
maligno”.
“Los primeros habitantes de la
República de Bolivia, en especial los del alto que eran de origen Mitimae
recorrían todo el continente Americano, muchos partieron hacia el sur y el
norte. Seguramente algún grupo debió radicarse en lo que hoy forma parte el cantón
Píllaro, ahí está la coincidencia del clima, su danza de los diablos y la
similitud en los colores de sus banderas”.
“En los inicios de la Fiesta de
las Flores y las Frutas, allá por la década de los cincuenta, participó en el
desfile una delegación del Ballet Nacional de Bolivia, representando a la
Diablada del Carnaval de Oruro. Seguramente se tomaron e imitaron algunos
elementos de tal representación, ya que a esta celebración acude mucha gente de
Píllaro por su cercanía”.
“En la Fiesta de los Inocentes que se celebra del 28 de
diciembre al 6 de enero de cada año, la gente de los caseríos y comunidades,
formaba una comparsa y al son de una banda de pueblo danzaban por las
principales calles del cantón, acompañados por las Guarichas, Capariches y un
Diablo, el mismo que estaba encargado de abrir paso con su acial para que
desfile tal comitiva. Cabe señalar que el diablo no era el personaje principal
en este desfile”.
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